“En el desierto de la prueba, solo Dios basta”

Hemos comenzado el camino cuaresmal, ese itinerario de cuarenta días que nos introduce en el misterio más grande de nuestra fe: la Pascua del Señor. Y la liturgia de hoy nos presenta a Jesús en el desierto, enfrentándose al tentador, a ese mismo adversario que desde el principio ha intentado apartar al hombre de su destino más alto: la comunión con Dios.

El desierto es un lugar de soledad, de silencio, pero también de prueba. Es la escuela donde se acrisola la fe, donde se purifican los corazones, donde se aprende a depender solo de Dios. Moisés y Elías pasaron por el desierto antes de su misión. Israel vagó cuarenta años por él para desapegarse de la esclavitud de Egipto. Y ahora Jesús, lleno del Espíritu Santo, es conducido allí para enfrentar el combate decisivo contra el príncipe de este mundo.

La tentación: el arma del enemigo

Las tentaciones que Jesús enfrenta no son solo suyas, son las nuestras, las de la humanidad entera. El diablo le propone tres caminos fáciles, tres atajos que pretenden eludir la cruz, tres falsas promesas que siguen resonando en nuestros corazones.

  1. “Di que estas piedras se conviertan en pan” (Lc 4,3). Es la tentación del materialismo, de una vida que gira en torno a lo inmediato, lo placentero, lo efímero. ¿Cuántos en nuestro mundo creen que la felicidad está en la abundancia de bienes? ¿Cuántos reducen su existencia a una búsqueda insaciable de seguridad económica, olvidando que “no solo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios” (Dt 8,3)?
  2. “Te daré el poder y la gloria de todos los reinos, si te arrodillas ante mí” (Lc 4,6-7). Es la tentación del poder, del dominio, del prestigio. El diablo nos seduce con el brillo de la influencia y la grandeza mundana, pero Jesús nos recuerda: “Al Señor, tu Dios, adorarás y a Él solo darás culto” (Dt 6,13). ¡Cuánto necesita nuestra sociedad redescubrir la humildad del servicio, la alegría de una vida entregada en el amor y no en la ambición!
  3. “Tírate de aquí abajo, porque Dios enviará a sus ángeles para que te sostengan” (Lc 4,9-11). Es la tentación del orgullo, de exigir pruebas a Dios, de manipular su voluntad. Hoy muchos buscan un cristianismo sin cruz, una fe sin renuncia, una religión a su medida. Pero Jesús responde con firmeza: “No tentarás al Señor, tu Dios” (Dt 6,16). La fe no es espectáculo ni magia, sino abandono confiado en las manos del Padre.

Cristo, el nuevo Adán

Jesús vence donde Adán cayó. Mientras el primer hombre, en un jardín de abundancia, sucumbe ante el engaño de la serpiente, Cristo, en el árido desierto, resiste con la fuerza de la Palabra. Él es el verdadero Israel, el Hijo obediente que nos enseña que la verdadera libertad no está en seguir los caprichos del corazón, sino en rendirse completamente al querer del Padre.

San Agustín decía: “Nosotros somos tentados para que aprendamos a resistir; Cristo fue tentado para enseñarnos cómo vencer”. Y es que en la lucha contra la tentación, no estamos solos. El mismo Espíritu que guió a Jesús nos ha sido dado en el Bautismo. La Palabra de Dios, con la que Cristo derrotó al diablo, es también nuestra espada (Ef 6,17). La oración y el ayuno son armas poderosas que nos fortalecen en la batalla espiritual.

Cuaresma: tiempo de decisión

Hermanos, la Cuaresma no es una tradición piadosa más, es un llamado urgente a la conversión. No basta con “no hacer el mal”, es necesario decidirse por el bien. No basta con “cumplir con lo mínimo”, es hora de darlo todo por Aquel que lo dio todo por nosotros. No basta con “evitar el pecado”, debemos elegir la santidad con valentía.

El mundo necesita testigos, no cristianos tibios. El diablo no teme a los que se conforman con una fe de rutina, pero sí tiembla ante los que aman de verdad, los que perdonan sin medida, los que viven con radicalidad el Evangelio.

Que esta Cuaresma sea un tiempo de desierto, sí, pero también de victoria. Que, al llegar a la Pascua, podamos decir con San Pablo: “Ya no soy yo quien vive, es Cristo quien vive en mí” (Gal 2,20). Amén.

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