Novena a la Virgen del Milagro - Sexto Día
Ritos iniciales
Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos líbranos Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Acto de contrición
Con todo el amor de mi corazón te amo, mi Jesús, por ser quien eres; pésame de haber pecado y propongo, ayudado de tu divina gracia nunca más ofenderte.
V/Oh Dios, ven en mi ayuda.
R/Apresúrate, Señor, a socorrerme.
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Oración para todos los días
Inmaculada Virgen María, ¡Madre admirable de Dios y de los hombres! Te reverenciamos humildemente ante esta milagrosa imagen que irradian los destellos de tu celestial hermosura. Al contemplarla se ilumina nuestra mente con los esplendores de la fe, se conmueve nuestra voluntad a impulsos de la esperanza y nuestra ruindad se siente transformada por los efectos de la caridad divina. Así bendecimos a Dios Padre que te escogió para Madre de su Hijo, bendecimos a Dios Hijo que se hizo hombre en tu seno purísimo, y bendecimos a Dios Espíritu Santo, que te enriqueció con la excelencia de sus dones. Siendo nosotros polvo y miseria y experimentado a cada paso las consecuencias del pecado original, de que fuiste preservada, imploramos confiadamente tu intercesión poderosa para que, libres del cautiverio del demonio y fortalecidos contra los influjos del mal, nos esforcemos con conservar la dignidad de ser hijos tuyos hollando bajo nuestros pies, los insidiosos enemigos de nuestra salvación: mundo, demonio y carne. Y por los méritos de tu castísimo esposo San José y los del seráfico Padre San Francisco, concédenos la gracia especial que en esta novena te suplicamos. Amén.
Relato
Como sello admirable a tan estupendo prodigio, quiso la Omnipotencia Divina que del sagrado lienzo manase abundante bálsamo, lo cual fue visto por los circunstantes con grande estupor e inmensa consolación de sus almas. El Señor Arzobispo, con religioso respeto, procedió a recogerlo con sus propias manos, sirviéndose para esto de la cucharilla de la naveta del incensario, reliquia que aún se conserva en el Monasterio.
Lectura Bíblica
Alégrate llena de gracia, el Señor está contigo.
Lc. 1, 26-38. “Al sexo mes fue enviado por Dios el Ángel Gabriel a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la casa de David; el nombre de la Virgen era María. Y entrando, le dijo: No temas, María, porque has hallado gracia delante de Dios; vas a concebir en el seno y vas a dar a luz un hijo, a quien pondrás por nombre Jesús. Él será grande y será llamado Hijo de Altísimo, y el Señor de Dios le dará el trono de David, su padre; reinará sobre la casa de Jacob por los siglos y su reino no tendrá fin. María respondió al ángel: Cómo será esto, puesto que no conozca varón? el ángel le respondió: El Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el que ha de nacer será santo y será llamado Hijo de Dios. Mira, también Isabel, tu pariente, ha concebido un hijo en su vejez, y este es ya el sexto mes de aquella que llamaban estéril, porque ninguna cosa es imposible para Dios. Dijo María: He aquí la esclava del Señor; Hágase en mí según tu palabra. Y el ángel dejándola se fue”.
Consideración
Las promesas de Dios hechas a nuestros padres, comenzaron a realizarse en María. El proyecto de Dios necesitó la aceptación libre de la humanidad. Esta se dio por medio del “SI” de la Madre.
Reflexión
- ¿Crees que estas promesas también son para ti?
- ¿Crees que Jesús también quiere encarnarse en ti?
- Dios está esperando que un día, tú como María la Virgen, le digas “SI”.
- Aquí estoy señor para hacer tu voluntad